domingo, 30 de octubre de 2011

Consumir preferentemente antes de…


Cuando lo conocí venía de un año de traspiés amorosos (todavía me estaba limpiando las rodillas por la última caída). Había decidido que “año nuevo, vida nueva” literalmente. Estaba en mi eje, feliz y concentrada en mí, sin joder a nadie y deseando que nadie me jodiera a mí.

Mucho pedir.

Fue el típico “tanto va el cántaro a la fuente…”. Usó toda la artillería clásica de levante: la amiga en común, la ronda de mate, las salidas grupales, las charlas “espontáneas”, la invitación a cenar. Y bueno, me ganó (la carne es débil… especialmente en verano).

No tenía nada de especial (excepto que era música, obvio) pero me encantaba. Era simplísimo, frontal y cariñoso (y no, no me voy a hacer la puritana; en el plano meramente físico era de lo mejor que me pasó en la vida, chicas). Empezamos a salir, sin mediar mucha palabra y análisis, sin poner un título pero dejando que se corriera el rumor de “la parejita” en el trabajo…

Yo estaba feliz. Por primera vez me sentía con el viento a favor, transitando una marea mansa. No estaba enamorada pero me daba lo que buscaba en ese momento. Hacía todo lo que me daban ganas de que hiciera dos segundos antes de que a mí se me cruzara por la cabeza “qué bueno si… momento, lo acaba de hacer!”… Me llamaba por teléfono en vez de mandarme mensajes! (old school not dead). Por fin, POR FIN estaba en sintonía con alguien. Éramos comunes y corrientes: salíamos a cenar, al cine, a bailar. Me piropeaba, me escuchaba, nos reíamos. Me dejaba abrazarlo todo el tiempo.

Hubiera sido mi novio, sin dudas. Iba camino a eso, juraba nuestro entorno. Pero la antena de la sintonía se hizo mierda con el primer chaparrón de verano. Un día se acordó de lo lastimado que había salido de su único noviazgo, se arrepintió de todos los mensajes que me había mandado durante todo ese tiempo, de haberse metido en mi círculo de amigos, se olvidó de los fines de semana en casa, de la cotidianeidad. Se cerró en sus “problemas” y me cansé de golpear la puerta y que nadie abriera.

Desapareció. Tan repentina y obstinadamente como había aparecido (tauro tenías que ser, pendejo).

Pero como todo el que se va sin que lo echen…

Volvió tímidamente por facebook, por mensaje, con invitaciones inocentes. Haciéndose el boludo y con la misma frescura de siempre, como si nunca hubiera exisitdo ese mes de agujero negro entre los dos.

Todo lo frontal y claro que creí que era resultó ser una fachada. Era básico y su comportamiento de manual. En esta (fallida) segunda parte fue un tipo evasivo y poco claro. Y a mí eso me pone de-los-pelos. Un día desaparecía, al otro quería ser mi amigo, al otro me tiraba todos los perros, al otro me hacía sentir la mina menos interesante del mundo…

Cuando finalmente lo encaré para que habláramos sin pelos en la lengua, se debe haber hecho pis encima el muy poco macho. Me mareó con sus vueltas hasta que confesó que lo único que quería era pasarla bien conmigo (traducción: therapy-garch-ang-go… onda, sé mi amiga, báncate los bemoles que te quiera contar, saquémonos las ganas y basta… pero todo cuando yo quiera). Me vino con la berretada de que tenía una coraza y no podía permitir que nadie entrara en su vida. “Te lo agradezco pero no” le respondí al mejor estilo Shakira & Ale Sanz, y lo shockée mal. “Por?” “Porque yo tampoco quiero ser tu novia ahora, pero no tengo miedo de conocerte y ver qué pinta… si vos estás diciendo que vas a estar conmigo midiendo y razonando qué y hasta dónde vas a hacer o sentir, nos estás poniendo una fecha de vencimiento desde el vamos”.

Y ahí se terminó el amor. Un amor tibio y que pasó sin mucha pena ni gloria. Que se hubiera terminado tarde o temprano. Porque yo no estaba enamorada, y ahora sé por qué: no puedo soportar estar al lado de alguien sin el coraje suficiente como para correr el riesgo de v i v i r.


Luna.

1 comentario:

  1. Querida Luna, coincido completamente con tu ùltimo párrafo "y ahora sé por qué: no puedo soportar estar al lado de alguien sin el coraje suficiente como para correr el riesgo de v i v i r."; porque yo hasta hace un tiempo estaba asi, no tenia el coraje para arriesgarme y vivir, y bueno apareció uno como ésteen mi vida, pero no puedo con eso. Espero volver a tener el coraje de arriesgarme a vivir!!

    DORY

    ResponderEliminar