jueves, 13 de octubre de 2011

me van a tener que disculpar.

"está todo muy bien o todo como el orto".


ya lo dijo (y lo cantó bien fuerte) érica garcía. y yo coincido ampliamente. las cosas son así de simples, parece, en cualquier pareja que se precie de tal. están los días geniales, armoniosos, compartidos, reídos, disfrutados. y después están los otros, los de mierda, los olvidables. una y otra vez se repite la misma historia (y ya no puedo más, ya no puedo másss, estoy harto de rodar como una noriaaaaaaa).
retomando, mi experiencia fue básicamente esa durante los últimos dos años. viví momentos de plena y máxima alegría junto a mi pareja, y viví también los más profundos llantos, las peores discusiones y angustias. es muy difícil (o casi imposible) encontrar un balance. somos dos personas completamente distintas, dos seres complejísimos, dos historias que en nada se parecen, dos infancias, dos familias, dos edades.. pfff, qué apocalíptico suena puesto así, pero es la verdad. cierto es que hay muchas otras cosas que nos unen, que construímos, que compartimos y creamos juntos. pero no se puede obviar todo lo demás. entonces, ¿cómo encontrar un punto medio?

linda pregunta me vengo a formular. aristóteles dijo que "la virtud es el justo medio entre el exceso y el defecto". lo leí en los primeros años de secundaria y me acuerdo como si fuera hoy que lo subrayé en lápiz negro porque me pareció una reflexión que debería acompañarme toda la vida. y, de hecho, muchos años después, me acompaña. lo complicado es encontrar esa virtud. encontrar ese justo medio, el balance perfecto, la armonía real, lo mío, lo tuyo, lo nuestro. no sé cómo se hace, amigas. de verdad. hago terapia (no hace tanto) y, aunque me ayuda cotidianamente en muchos aspectos, no he podido todavía resolver éste. creo que nadie puede, y nos pasamos toda la vida intentándolo. lo cual no está mal, para nada. es un buen camino, una buena forma de transitar por este mundo. pero, puta.. cuánto más fácil sería si supiéramos cómo.

cómo se equilibra una pareja. cómo se cede lo que nos molesta sin convertirnos en sumisas. cómo se deja pasar lo que irrita, cómo se aprende a convivir con los defectos del otro. cómo se dicen las cosas de buena manera, cómo se respetan las diferencias. cómo, cómo, cómooooo..

es complejísimo, lo sé, pero es algo que me pregunto a diario.

y, entre todas esas dudas metafísicas, vengo a encontrarme yo. paradita sola en el mundo. con mis veintitrés años al pedo y mi culo lleno de preguntas.con una relación que fue hermosa, que me hizo conocer el amor verdadero, la completa entrega y el enamoramiento sincero, y que hoy me tiene pendiente de un hilo, sin ninguna certeza más que el día a día, el minuto a minuto. justo a mí me viene a pasar esto, a mí que siempre fui tan amiga de las certezas y las cosas claras. a mí que me gusta tener todo controlado y pensado. a mí, que me molestan más las incertidumbres que la tabla del inodoro levantada.

bueno, básicamente esa soy yo. una mujer que intenta hacer lo mejor que puede, y muchas veces falla en el intento, pero no por eso baja los brazos. una niña que de a ratos tiene ganas de parar el mundo y tirarse en la cama a llorar. una superhembra que cree que puede con todo, aunque la vida le demuestre a cachetazos que no es tan fácil.

esa soy yo.

sepan disculpar..


s.


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